segunda-feira, 19 de janeiro de 2009



PRINCIPIOS INSPIRADORES

Fragmento de G. K. Chesterton (La esfera y la cruz), a cuenta de la polémica de los crucifijos.
-Una vez conocí a un hombre como usted, Lucifer -dijo articulando con lentitud y monotonía desesperantes-. Opinaba también...-¡¡No existe otro hombre como yo!!- gritó Lucifer con tal violencia que estremeció la nave.-Como iba diciendo -continuó Miguel-, ese hombre opinaba también que el símbolo del cristianismo era un símbolo de barbarie y de sinrazón.Su historia es un tanto divertida. Viene a ser también una alegoría perfecta de lo qué les ocurre a los racionalistas como usted.Comenzó: por supuesto, negándose a tolerar un crucifijo en su casa, ni siquiera pintado, ni pendiente del cuello de su mujer. Decía, igual que usted, que era una forma arbitraria y fantástica, una monstruosidad, amada por .ser paradójica. Después fue haciéndose cada vez más violento y .excéntrico; quería derribar las cruces de los caminos, porque vivía en un país católico romano. Finalmente, en un acceso de furor trepó al campanario de la iglesia parroquial y arrancó la cruz, blandiéndola en el aire, y profiriendo atroces soliloquios, allá en lo alto, bajo las estrellas.Una tarde, todavía en verano, cuando se encaminaba a su casa por un caminito vallado, el demonio de su locura vino sobre él con esa violencia y demudación tan fuertes que trastruecan el mundo. Se había detenido un momento, fumando, maldito. Rompió los muebles, porque estaban hechos de cruces. Pegó fuego a la casa, porque estaba hecha de cruces. En el río lo encontraron.Lucifer le miraba mordiéndose un labio.-¿Es verdad esa historia? -preguntó.-¡Oh, no! -dijo Miguel vivamente-. Es una parábola. Es la parábola de todos los racionalistas como usted. Empiezan ustedes rompiendo la cruz, y concluyen destrozando el mundo habitable. Les dejamos a ustedes diciendo que nadie debe ir a la iglesia contra su voluntad. Cuando les encontremos de nuevo estarán ustedes diciendo que nadie tiene la menor voluntad de ir a ella. Les dejamos a ustedes diciendo que no existe el lugar llamado Edén. Les encontramos diciendo que no existe el lugar llamado Irlanda. Parten ustedes odiando lo racional y llegan a odiarlo todo, porque todo es irracional.
CIENCIA CON CONCIENCIA

FUENTE: AceprensaJ.Leonetti, diputado francés: La búsqueda de sentido común frente a la eutanasiaEntrevistado por La Croix (29-10-2008), las respuestas de Leonetti, cuya carrera política no le ha impedido el ejercicio activo de su profesión de cardiólogo, quieren clarificar un debate muchas veces confuso.Mientras que la Asociación por el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD) presenta la eutanasia como un acto de valentía y de libertad, Leonetti observa que "no se trata de situaciones de libertad: los que piden morir lo hacen porque sufren enormemente o porque se sienten abandonados". Dicho de otra forma, "estas personas están entre la 'elección' de vivir en un callejón sin salida o de huir hacia la muerte: esto no es lo que yo llamo libertad. Libertad sería la de poder cambiar de opinión, pero la eutanasia es irreversible. Una cifra resulta reveladora en este aspecto: tres de cada cuatro personas que intentan suicidarse y se salvan, no reinciden".Advirtiendo contra la "estafa" que supone este tipo de reivindicaciones, Leonetti distingue entre dos tipos de situaciones. Por una parte está la situación del paciente terminal, cuando al enfermo solo le quedan unos pocos días o semanas de vida. En este caso, la ley francesa de 2005 sobre el fin de la vida responde a prácticamente todas las situaciones."Si la persona sufre –explica Leonetti–, pueden aumentarse las dosis de medicamentos, incluso aunque esto implique el efecto secundario de abreviar la vida. Se puede también dormirla con la ayuda de sedantes, o detener, si ella lo pide, un tratamiento que la mantenga viva artificialmente. La ley dice también que, en tales circunstancias, la calidad de la vida prima sobre su duración. En resumen, la legalización de la eutanasia resulta inútil en este supuesto".CUANDO LA MUERTE NO ES INMINENTEOtra segunda situación se da en casos de enfermedad grave e incurable, pero sin que la muerte resulte inminente, como ocurrió con Chantal Sébire (enferma francesa de cáncer que solicitó la eutanasia).El diputado aclara: "Se trata de una situación en la que la persona reivindica su derecho a morir diciendo: 'es mi elección, mi libertad, quiero morir, ayúdeme a hacerlo'. En esta hipótesis la persona puede suicidarse; es un 'derecho libertad', pero no es un derecho que pueda exigir ante la sociedad. En otras palabras, la sociedad no tiene que asumir ese gesto por ella. Chantal Sébire se suicidó, fue su elección personal respetable, pero la sociedad no tenía que erigirla en ley".Frente al argumento según el cual, al dejar que las personas se las arreglen como puedan para suicidarse, se las priva de una muerte tranquila, Leonetti responde:"Seamos sinceros: con Internet, quienes quieran matarse sin brutalidad encuentran los medios. Además, según se ha visto durante los trabajos de la misión parlamentaria, mientras no haya provocación, ni incitación, ni manipulación, la asistencia al suicidio no es penalmente reprensible en Francia. En cierta manera, la excepción de eutanasia, sobre la que mucho se ha hablado tras el asunto de Sébire, existe ya de hecho: si en unas circunstancias completamente particulares hay trasgresión, y el autor la asume y rinde cuenta por ello ante el juez, éste instruirá, verificará y dará por terminado el asunto si comprueba que ha sido la solución menos mala".EUTANASIA Y OPINIÓN PÚBLICAAnte la posibilidad de que la opinión pública se adscriba al discurso favorable a la eutanasia por su supuesta "modernidad", Leonetti señala que, en casos como el de Sébire, "por un lado estaba la simplicidad de la emoción y de la imagen del dolor; frente a ello, un razonamiento que acepta la complejidad de una situación particular. Pero la imagen es más fuerte que la razón".Sin embargo, advierte que en nuestra sociedad discurren actualmente dos grandes movimientos: "de una parte, una demanda individual cada vez más fuerte, donde la reivindicación de cada cual se vive como un derecho; de la otra, una búsqueda de sentido: sentido de la vida, de la solidaridad, de la vinculación. No hay que subestimar este segundo movimiento, que es muy profundo"."La eutanasia podría efectivamente aparecer como legítima si no hubiera respuesta para los sufrimientos atroces. La defensa de la eutanasia podría parecer moderna, pero con el desarrollo de los cuidados paliativos ya no lo es. El 'ocuparse de otro' es la verdadera actitud moderna. Es falso afirmar, como lo hace la ADMD, que los dos sistemas pueden coexistir. En realidad son incompatibles porque remiten a valores radicalmente distintos".

segunda-feira, 12 de janeiro de 2009

El diablo hoy: entrevista con Gabriel Amorth

Te pregunto: Como puedes combatir un enemigo que no conoces?


En la parte de abajo de este blog aparece una entrevista con el Exorcista del Vaticano el cual ya perdió la cuenta de los exorcismos que hizo a partir del número 100.000.Da buenísimos consejos para la vida de piedad y explica fenomenalmente la actuación del diablo en el mundo de hoy: os lo recomiendo aunque al final se te queden los pelos de punta!!!!
El diablo no es un dogma de fe de la Iglesia para dejarlo en el Baúl de los recuerdos, de hecho eso es lo que el quiere,os pregunto y el exorcista os responde: de donde viene ese desprecio a todo lo sagrado que vivimos en el mundo de hoy?